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  • Foto del escritorDoña Gorgo

Gregorio IX y la falsa purga gatuna

Actualizado: 25 ago 2022

Si me seguís en Instagram (en caso contrario, ya estáis tardando) sabréis que hablo mucho sobre la necesidad de que seamos los historiadores (y solo los historiadores) los que hagamos divulgación histórica para evitar que se extiendan bulos e interpretaciones erróneas por las redes. Hay cientos de "trolas históricas" pululando por ahí, pero hoy quiero hablaros de esa que acusa al Papa Gregorio IX de propiciar una cacería de gatos negros durante la Edad Media, convencido de que eran un símbolo del paganismo y el diablo (aquí impera una facepalm, por favor).


La bula "Vox in Rama" (promulgada en junio de 1233) condenaba al luciferismo alemán (básicamente, adoraban a Lucifer como símbolo de independencia y progreso humano en oposición a Jehová), describiendo los extravagantes ritos de iniciación a la secta.

Pongámonos en situación: eres un comerciante del siglo XIII y vas caminando por la calle; de pronto te aborda un sapo inmenso, del tamaño de un perro (¡ojo con el bicho, como para no pararte!), y seguidamente aparece un hombre muy, muy pálido y superdemacrado que te besa, sumiéndote en un estado casi comatoso en el que se te olvidan todas tus creencias anteriores. Ahora que eres como un libro blanco, el paliducho te invita a comer con el resto de la secta (oye, visto lo visto, es un detalle que te inviten en lugar de llevarte a rastras o hacer que te coma el sapo, ¿no?).

Al finalizar la comida, una estatua de un gato negro que está sobre la mesa, cobra vida y empieza a caminar hacia atrás con la cola erizada, esperando para que el líder de la secta y tú le beséis las peludas posaderas. A posteriori, todo se convierte en una amalgama de cuerpos manteniendo relaciones íntimas mientras un hombre-felino os narra los misterios de la vida (variopinto como poco).


Obviamente toda esta originalidad de Gregorio no era más que un relato decorativo para horrorizar a sus interlocutores y forzarlos a participar en el castigo de la comunidad no-cristiana porque, desde hacía algún tiempo, venía recibiendo informes de herejía en Alemania; los sacerdotes decían haber descubierto a muchachos jóvenes tirando la hostia sagrada a las letrinas después de los oficios de Pascua, y claro, el Papa no lo podía consentir pero si reducía su historia a algo tan superfluo... ¿Quién le apoyaría? Ni el emperador Federico II ni el rey Enrique VII de Alemania habrían tomado las estrictas medidas que él deseaba, así que decidió adornar un poco la realidad.


Gregorio sabía que todos quedarían en shock con semejante cuento chino (nadie iba a contradecirle o contrastar información), y los devotos se desharían en esfuerzos por ayudarle a exterminar este movimiento religioso. Supongo que es lo mismo que ocurre con los creadores de fakenews, que solo tienen que esperar pacientemente a un nuevo like.

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